«El Santos contra la Tetona Mendóza» de Alejandro Lozano

Ya que dificilmente esta película sera reseñada por Roger Ebert o la BFI es muy tentador tomarse el caso de la presente cinta para jimotear un poco de si las condiciones del cine mexicano no son las mejores para este tipo de proyectos o si la pseudo crítica nacional además de miópe y malinchista es llanamente estúpida. Sin embargo procurare enfocarme en lo que importa: si la cinta es buena y amerita el boleto de entrada. Y, sí, si que lo amerita: es una cinta que solo siendo mexicano se podra disfrutar en toda su cínica y alburera gloria.

Basado en la tira homónima de Jis y Trino la película dirigida por Alejandro Lozano trata sobre El Santos, una parodia del Santo, el icóno de la lucha libre nacional, venido a perdedor de barrio quién eternamente enculado de la Tetona Mendoza siempre buscará impresionarla para tirarsela, incluyendo tratar de dejar en ridículo a su contrincante eterno, el Peyote Asesino. Con esas motivaciones en el cráneo el Santos se aventura a hacer conciencia en el público mexicano sobre los zombies de Sahuayo, que por consecuencia provoca que repentinamente estos sobrepueblen el territorio nacional para lo que tendrá después de deshacerse de ellos que por consecuencia traira un déficit en la deuda nacional la cual solo podran pagar las taiboleras a pura nalga con lo cual la Tetona Mendoza llega al poder. Luego el Santos, junto a su siempre fiel Cabo, tratará de arreglar todo: la situación económica del país, la defensa del machismo nacional, la mamonería del Peyote Asesino y, por supuesto, su relación con su adorada Tetona.

Si la historia suena a esbirro, lo es: es un esbirro que salta por veces de una toma a otra con completos cambios en la trama. Ciertamente es una característica no solo de la tira del Santos, sino de cualquier tira periódica como también lo son Mafalda o Gardfield: aunque tienen continuidad, no tienen trama, esta se profesa de gag a gag, tira a tira, a lo largo de las semanas, meses y años. En consideración de ello, las volteretas de la trama en la cinta resultan justamente fieles a las pachecadas surrealistas de la fuente y ciertamente hay mas en su discurso que mocos, caca y chichis; no habría que ser un expectador muy refinado y culto para entender que los zombies de Sahuayo son sinónimos de los «pobres de México», que la idiosincracia de quienes nos gobierna dependen de los medios para la manipulación de la percepción de la clase media, ya sea con el futbol o las telenovelas, y que al final, el mexicano mismo es inicio y fin de sus propias miserias al constantemente vivir en un estado aspiracional de simulacro.

Ciertamente hay alguna influencia de The Simpsons en algunos tipos de gag y la utilización de referentes populares: sí, hay un gag con el tema de Rocky a modo del cliche que es y hay algunas otras bromas incrustadas al fondo de los acontecimientos (la parejita atras del presentador de noticias) pero también hay una gran cantidad de referentes y chistes que solo siendo estrictamente mexicano uno se puede reír: el expresidente Fox, INFONAVIT, FONACOT, Elena Poniatowska, la influenza «AHLNL», el monumento a la Revolución y la tentación de ser un héroe de futbol por solo decir algunas. Un par de gags incluso califican de sinceros homenajes para Matt Groening o John Kricfalusi.

En cuanto a producción la animación no es espectacular pero da buena vida a la estética de los moneros creadores, ya de por si difícil considerando son de trazos libres, y el trabajo de voces resulta en una especie de catálogo de lo que serian los mas ilustrativos actores nacionales, aunque francamente quienes hayamos visto los doblajes de los propios Jis y Trino sobre los antiquísimos seriales de Batman que solian presentar en el programa de revista periodística Blanco y Negro nos preguntamos porque ellos mismos no asumieron los roles del Santos y el Cabo. Interesante el cameo de Guillermo del Toro, cuyo personaje, si es que es un personaje, siempre sale de las tripas del Santos y lo mismo de Cheech Marin.

Ciertamente El Santos y la Tetona Mendoza no es un parteaguas del cine nacional pero no deja de ser una agradabilísima cinta descarada y despotricada en, sí, mocos, caca y chichis mas tremenda cantidad de albures y con el añadido de que algo de mensaje si se carga. Ya por esto último es mas que pertinente en un ámbito cinematográfico nacional donde la pretención normalmente ahoga al discurso. Vaya, pocas frases en la historia del cine encierran tanta sabiduría y verdad como «tienes que entender que la caca no sale de tú cuerpo, tú sales de la caca.» Si la mayoría de los mexicanos entendieramos eso.

Deja un comentario